– Mamá, en el colegio dijeron que Dios no existe.
– Y tú, hijo, ¿estás de acuerdo?
– No mamá. Pero, ¿qué pasaría si Dios no existiera?
– Hijo, no es difícil saberlo; piensa.
– … Si no existiera, ¿no existiríamos?
– Sí hijo, no existiríamos.
– ¿Así de simple mamá?
– Así de simple. Mira, la Biblia enseña que son necios los que dicen que no hay Dios.
– ¿Necios?
– Sí hijo, necios, porque no saben lo que es tan simple y deben saber.
– ¿Y así viven?
– Sí, así, con un vacío en sus mentes y corazones.
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios…”
(Salmos 14:1).